Son tantos los avances que ha habido para el tratamiento del cáncer, que cada vez es mayor el índice de supervivencia y por lo tanto, cada vez son más las personas que lo han superado, conviviendo con sus efectos secundarios de la forma más natural posible. Los Oncólogos son los especialistas que se encargan de seleccionar el tratamiento más específico y adecuado para cada tipo de cáncer. Esto es lo más importante y lo que no debe cuestionarse. Pero también es verdad que una vez se entra en esta vorágine, son muchos los profesionales que entran en juego y que ayudan a sobrellevar esta carga: desde psicólogos, fisioterapeutas, nutricionistas, cirujanos plásticos, dermatólogos, etc
Una vez superado el shock tras recibir la noticia, el paciente asume que los efectos secundarios al tratamiento van a generar importantes cambios físicos, sobre todo a nivel dermatológico (piel, pelo, uñas…) y aunque, por supuesto, lo más importante es el abordaje oncológico, todos estos “cambios” van a suponer un impacto en el paciente, en familiares, amigos…. La mayor parte de los efectos secundarios que sufre la piel son estéticos y transitorios. No suelen ser clínicamente relevantes y son reversibles cuando acaba el tratamiento y/o cuando se vence la enfermedad, pero de alguna manera, influyen en su calidad de vida. En este sentido, los dermatólogos podemos ayudar al paciente enseñándole cómo cuidar su piel, cabello y uñas (tres partes que se ven a menudo más afectadas) durante el tiempo que dure esta etapa. De este modo contribuiremos a mejorar su autoestima, su bienestar y de algún modo, a sobrellevar mejor su enfermedad.
Un tratamiento oncológico provoca diversos cambios en la piel
Lo más habitual (a nivel dermatológico) en las reacciones adversas de los pacientes en tratamiento oncológico, son los cambios que sufre la piel. Esta se vuelve más seca, reactiva, frágil y sensible. En este sentido, los dermatólogos somos los especialistas más cualificados para supervisar qué productos se ajustan mejor a las necesidades del paciente.
Estas pieles suelen deshidratarse (a veces como consecuencia del tratamiento , otras veces por disfunciones renales o hepáticas…) volviéndose ásperas y sin brillo, se descaman, producen prurito e incluso se irritan llegando a producir heridas. Al deshidratarse tanto, surge el picor, que produce desazón y al rascarse, aunque en un principio alivia, puede llegar a generar heridas que luego pueden infectarse con facilidad, debido a que la mayoría de los tratamientos oncológicos son inmunosupresores. Hay que evitar llegar a este punto, pues luego todo se complica.
Formas de cuidar la piel tas tratamiento oncológico
El uso de jabones suaves, sin perfumes ni alcoholes y las cremas adecuadas, ayudarán a recuperar poco a poco la elasticidad y el brillo perdido. A veces incluso es aconsejable una buena mascarilla de hidratación, que realizamos en la consulta de forma semanal y que luego el paciente continúa con la aplicación de cremas adecuadas para su tipo de piel, que le ayudan a mejoran enormemente su aspecto. Pero sobre todo, su estado de ánimo.
También es muy habitual en este tipo de pacientes la aparición de manchas cutáneas. Unas veces producidas por el roce y otras por el sol, o bien por la mezcla de la medicación y el sol, el cual se debe evitar de forma directa. Si estas manchas persisten, una vez terminado el tratamiento oncológico, se pueden plantear tratamientos con láser para eliminarlas, siempre y cuando el especialista lo considere indicado.
Si las manchas en la piel tas tratamiento oncológico persisten, se pueden plantear tratamientos láser para eliminarlos
Las uñas es otro de los problemas que más nos consultan a los dermatólogos estos pacientes. Al igual que la quimio afecta al cabello, las uñas se vuelven más frágiles y se despegan del lecho ungueal (onicolisis), siendo entonces más vulnerable a las infecciones. A veces incluso salen manchas y se altera tanto el color como el grosor. También es habitual ver hendiduras en las uñas que coinciden con los ciclos de quimio. Hay que advertir de los cuidados que deben llevar a cabo para agredir lo mínimo a las uñas, evitar manicuras, el uso de quitaesmaltes a base de acetona o el ponerse uñas de gel, que tan de moda están.
Caída de cabello en pacientes con cáncer
La caida de cabello es la reacción más frecuente en los pacientes sometidos a tratamientos de quimioterapia. Su impacto en la propia imagen es inmenso. Es habitual que sea el propio Oncólogo el que advierta al paciente de los cambios que va a sufrir y las soluciones más adecuadas a cada caso: pañuelos, pelucas…. (en algunos de ellos es pérdida parcial del cabello, en otras total). En caso de que la pérdida sea gradual habrá que extremar los cuidados del cuero cabelludo con productos muy suaves y evitar todo aquello que pueda agredirlo, como los tintes, los secadores de aire muy caliente, los alisados con planchas y con keratinas, etc. El uso de las pestañas postizas no es que no se aconseje, es que en algunos casos, los pegamentos que se usan suelen producir hipersensibilidad, por lo que aconsejamos ser muy cautos a la hora de ponerlas.
En resumen. Los pacientes a los que se les ha diagnosticado un cáncer y deban someterse a tratamientos oncológicos, pueden acudir a su dermatólogo de confianza para que le indique cuáles son los pequeños cuidados que le pueden ayudar a verse con un mejor aspecto.