Es curioso cómo aumentan las consultas de eliminación de tatuajes a la vuelta del verano. La mayoría de los pacientes nos comentan que “se cansan de vérselos”. Muchos de ellos indican, además, que se los hicieron sin pensárselo mucho, ya fuera porque estaban de moda, por compromiso con una pareja, por amistad, como recuerdo de un viaje, o simplemente porque pensaban que nunca se cansarían de él. Lo cierto es que en la consulta vemos desde dibujos espantosos a verdaderas obras de arte. La mayoría de estos pacientes solo se hicieron un tatuaje, no son cuerpos totalmente marcados, son algo casual. Supongo que la gente que rinde culto a los tatuajes, no son de los que se arrepienten.
«La gente que rinde culto a los tatuajes no son de los que se arrepienten. La mayoría de los pacientes de eliminación de tatuajes tienen uno de forma casual»
Como todas las modas, creo que esta de tatuarse, acabará pasando. Igual que pasó la de tener la piel bronceada todo el año, la de teñirse el pelo de colores, los piercing, etc. El problema es que la elección de tatuarse no es fácilmente reversible como son otras…. Y en esta línea, otro de los problemas con que nos encontramos es que las tintas que se usan no están homologadas, por lo que desconocemos qué es exactamente lo que nos estamos pinchando. Esto también influye, no solo en reacciones alérgicas (también otro motivo de consulta) sino también a la hora de eliminar el tatuaje, pues no todos los pigmentos responden igual al tratamiento.
Los tatuajes con tinta no homologada influyen a la hora de eliminarlo: no todos los pigmentos responden igual al tratamiento
En resumen, son muchas las razones por las que los pacientes acuden a mi consulta para eliminar el tatuaje: no se lo hicieron convencidos, no les gusta, no les permiten llevarlo a la vista en el trabajo, porque ha quedado torcido…. ¡Incluso hay quien solo desea borrarlo para hacerse otro encima! (técnicamente se llama cover).
Recuerdo el caso de un paciente que, tras meditarlo mucho, decidió acudir a un tatuador de renombre que le hizo una obra de arte (para que lo diga yo…) pero a la semana, no se encontraba a gusto y se preguntaba por qué no se compró un cuadro con ese dibujo en lugar de quedarse marcado para siempre. Deseaba quitárselo. A ese paciente le recomendé que se tomara su tiempo, pues lo mismo que se arrepentía de habérselo hecho, podía arrepentirse de eliminarlo. Ambas decisiones hay que meditarlas, pues desconozco el tiempo que lleva hacerlas, pero les aseguro que mucho trabajo el quitarlos.
Lo que debemos saber antes de eliminar un tatuaje
Una vez tomada la decisión de eliminar un tatuaje, estos son varios puntos a tener en cuenta:
- La más importante es que el tatuaje debe de ser eliminado en un Centro Médico y siempre bajo la supervisión de un galeno, preferentemente especialista en Dermatología.
- La mejor manera de eliminar un tatuaje es mediante Láser, más concretamente un Láser Q-Switched Nd-Yag, pues es con el que se obtienen mejores resultados.
¿Cuánto se tarda en eliminar un tatuaje?
- El proceso consiste en la aplicación del mismo a lo largo de unas 5-8 sesiones en intervalos de 6 a 8 semanas, que es lo que tarda la piel en recuperarse. Después de cada sesión se suele producir una inflamación de la zona tratada, que precisará cuidarse y tratarse con cremas antibióticas y regeneradoras, además de acudir a revisiones periódicas. Prohibida la exposición al sol.
- La realidad es que no se puede garantizar de antemano la eliminación completa de un tatuaje por lo que, entra dentro de lo posible que llegue un punto en que no se consiga aclarar más. Incluso, aunque no es habitual, puede quedar una pequeña cicatriz.
- Los tatuajes de color negro y gris y los ubicados más cerca del pecho responden más precozmente al tratamiento. Sin embargo, los tatuajes de color rojo y amarillo son más difíciles de eliminar.
- Los pacientes fumadores responden peor a estos tratamientos
En resumen: La eliminación de tatuajes es un proceso largo en el tiempo hasta conseguir la resolución más óptima.