Últimamente se están comercializando equipos como lámparas de fotodepilación, rayos UVA e incluso de radiofrecuencia domésticos. Antes era impensable tener un aparato de estas características. Pero se ha reducido tanto su tamaño y su precio que la sociedad los percibe como una alternativa real. Y se están comprando sin ningún tipo de control para particulares y centros estéticos.
Más allá del uso doméstico, hay negocios que llevan a cabo prácticas de medicina estética. Estos ofrecen servicios con láseres de depilación, cabinas de rayos UVA, ultrasonidos e incluso radiofrecuencia para remodelación facial y corporal. Estas prácticas se administran muchas veces por personal sin ningún tipo de cualificación y, lo que es peor, sin que haya un médico al cuidado y con responsabilidad sobre estos procedimientos. De hecho, el 58% de los tratamientos estéticos los lleva a cabo personal no cualificado.
Una tendencia que debe frenarse
Esta es una tendencia real, y muchos individuos se dejan influenciar por razones económicas. Y en este campo, lo barato no solo sale caro, sino carísimo. En las consultas de dermatología atendemos a diario casos de pacientes con secuelas de quemaduras, hiperpigmentaciones o cicatrices. ¿La causa? Haberse puesto en manos de personal no cualificado con equipos no homologados y baratos. Estas secuelas no siempre son reversibles y los daños pueden ser permanentes en algunos casos. De este modo, la posibilidad de complicaciones y accidentes son infinitas.
“Las posibilidades de complicaciones, accidentes y secuelas son infinitas”
Los dermatólogos son los médicos especialistas (vía MIR) en tratar patologías de la piel y tienen una mayor autoridad a la hora de practicar tratamientos de dermoestética. Y no elegir al profesional adecuado para solucionar un problema estético entraña un gran riesgo.
La irresponsabilidad de acudir a centros estéticos no cualificados
Es importante señalar que los médicos cualificados se rodean de los mejores profesionales. Además, invierten en los mejores medios tecnológicos para reducir al máximo las posibilidades de que surjan problemas durante la intervención. Los profesionales sanitarios utilizan equipos de última generación para llevar a cabo sus tratamientos de medicina estética. Estos aparatos tienen grandes diferencias técnicas y económicas. Mas aún comparado con la simpleza técnica y los bajos precios de los equipos para el hogar y los utilizados en centros estéticos no cualificados.
Los médicos tienen los mejores equipos
En esta línea, los médicos invierten para tener los mejores equipos láser y de radiofrecuencia. Además, tratan de permanecer a la vanguardia de la tecnología para obtener los mejores resultados. Esta inversión, inevitablemente, repercute en el precio final de los tratamientos estéticos, pero ofrece a cambio la tranquilidad de que las cosas saldrán bien.
Para entender la diferencia, hay que saber que un aparato doméstico no es comparable con los que disponen los dermatólogos en sus clínicas y que son de uso exclusivo médico. Sin embargo, este hecho no siempre es apreciado por el ciudadano, y es necesario concienciar sobre la importancia de poner la salud siempre en manos expertas. Lo cierto es que los centros estéticos no cualificados pueden resultar extremadamente caros.