El cáncer de piel puede aparecer en cualquier momento y la detección temprana es la clave para una óptima respuesta al tratamiento. Por ello, es importante la valoración de cualquier lesión que aparezca en la piel por un dermatólogo, con cierta frecuencia.
La detección temprana: clave para una óptima respuesta al tratamiento
Ante la moda que de un tiempo a esta parte han supuesto los tatuajes, los profesionales nos estamos encontrando con lesiones “escondidas” bajo tinta en la piel. Cada vez gente más joven decide realizarse un tatuaje y dan prioridad al dibujo o al sitio donde lo van a lucir, buscando incluso tapar algún defecto como cicatrices o lunares. Nadie se plantea el riesgo que esto puede entrañar, pues la tinta – a menudo oscura – puede camuflar fácilmente tumores de piel, ya que si ésta está tintada con pigmentos oscuros, no se reconocerían a simple vista los cambios que sufre la lesión y, por ello se retrasaría el abordaje. Además, los tatuajes pueden esconder lunares que posiblemente con el paso del tiempo cambien de color, tamaño, forma o textura; pero si hay pigmentos oscuros encima de ellos, su detección precoz es más compleja.
Los tatuajes pueden esconder lunares que posiblemente cambien con el paso del tiempo
Si al cabo de unos años, esa persona decide eliminar el tatuaje a través de un tratamiento láser, es muy aconsejable que se dirija a un Centro Médico donde un dermatólogo pueda evaluarle bien antes de realizar la sesión, ya que en caso contrario correrá el riesgo de que el láser despigmente también la lesión (al igual que elimina el pigmento de la tinta del tatuaje) y eso haría que se perdieran de vista los signos de aviso de posible malignidad que hubiera, como el cambio de color, por ejemplo.
Teniendo en cuenta que millones de personas están tatuadas, no son muchos los casos que se han reportado de lesiones malignas bajo tatuajes. Sin embargo, sí que hay estudios que nos dicen que los melanomas y los carcinomas basocelulares son más frecuentes en zonas tatuadas en negro y azul; y los carcinomas escamosos y otras lesiones malignas, son más frecuentes en zonas tratadas en rojo. Hasta la fecha no se ha podido demostrar ninguna relación de causalidad al respecto.
Lo más aconsejable sería no tatuarse nunca la piel en una zona donde haya algún lunar (aunque sea benigno). Tampoco es conveniente tatuar zonas muy expuestas al sol, ya que la probabilidad de que en esas zonas en algún momento surja una lesión pre-maligna será más alta: no es lo mismo llevar un tatuaje en una nalga o en la cara interior del brazo que en el escote o en el cuello, que son zonas mucho más expuestas.
Acudir a un centro no médico a eliminarlo pone en riesgo que se despigmente una lesión
Cada día se están descubriendo posibles efectos secundarios a los tatuajes como alergias a los pigmentos y materiales que se introducen en la piel, así como la potenciación de problemas con el sol debido a la composición de las tintas. Por este motivo, las personas que llevan tatuajes deben ser más celosas a la hora de observar si debajo de los mismos perciben alguna lesión y acudir a que un dermatólogo lo valore e incluso lo biopsie, pero sobre todo, nunca acudir a un centro que no sea médico a eliminarlo ya que, como he dicho antes, si con el láser se despigmentara también la lesión, estaríamos perdiendo de vista uno de los signos de alarma a tener en cuenta.