Con la desescalada ha llegado el verano y nos hemos encontrado con algunas nuevas prácticas a las que inevitablemente tenemos que acostumbrarnos; en la época en la que la piel sufre más por la incidencia del sol. Quizá no siempre lo tengamos en cuenta, pero lo cierto es que la piel no deja de ser un órgano más y es, de hecho, el más extenso del cuerpo y el más expuesto a las inclemencias del clima. Por ello, cuando hace frío lo protegemos con guantes, calcetines, gorros e incluso orejeras. Sin embargo, el rostro es la única parte del cuerpo que jamás cubrimos con nada… ¡hasta que ha llegado la pandemia y nos han invadido las mascarillas!
Hasta la fecha, quien afirme que sabe hasta cuándo será obligatorio el uso de mascarillas -o incluso si dejarán de ser obligatorias en algún momento- sin lugar a dudas se aventura sin datos firmes. Las posibilidades de un rebrote existen y son desconocidas, así como la cantidad de tiempo que tendremos que utilizarlas de manera obligatoria
La mascarilla puede alterar la piel del rostro
La piel de la cara necesita cuidados excepcionales y el hecho de tenerla ocluida tantas horas y tantos días, no hace más que alterarla. Una de las patologías que más se están acentuando por este motivo es el acné rosácea: formación de eritema facial (rojeces) con la presencia de pápulas (granos) sobre todo en mejillas y nariz.
Las personas que sufren este problema tienen una reactividad exacerbada con el calor. El hecho de que haya coincidido el aumento de temperaturas por el verano y el uso de mascarillas, provoca estos brotes. Este problema requiere tratamiento dermatológico específico con cremas e incluso a veces es necesario antibiótico oral. Otra de las patologías por las que más están acudiendo los pacientes a las consultas de los dermatólogos, es por la erosión en mejillas y orejas que produce el roce de la mascarilla.
La coincidencia de altas temperaturas y mascarilla favorece las infecciones bacterianas
Así mismo, el aumento de temperatura que produce la mascarilla en la zona de oclusión, favorece la diseminación de infecciones bacterianas como el impétigo – más frecuente en niños – Esto precisa tratamiento antibiótico tópico para su remisión.
Sin duda, la recomendación que hacemos los dermatólogos es utilizar cremas adecuadas a cada tipo de piel, para mantenerla en condiciones óptimas a pesar de la oclusión; hacer uso de mascarillas de algodón homologadas lavables, ya que son menos “agresivas” con la piel que las desechables; restringir el uso de la misma a cuando sea estrictamente necesario y ponerse protección solar todos los días antes de salir de casa. Aunque la mascarilla cubre buena parte del rostro, hay que tener en cuenta que la frente queda igualmente expuesta.
Gel hidroalcohólico y sol: alta probabilidad de quemaduras
Los geles hidroalcohólicos desinfectantes o higienizantes suelen tener componentes fototóxicos, es decir, que pueden producir reacciones alérgicas o inflamatorias (quemaduras) ante exposición solar. Por este motivo, los dermatólogos advertimos sobre la incompatibilidad de su uso si van a exponerse al sol. En este sentido, habrá que ser cuidadosos no únicamente en la playa, si no en otros momentos de exposición de los que no somos tan conscientes, como cuando se va a hacer ejercicio, a pasear o incluso a tomar un refresco a una terraza.