4.000 casos de melanoma al año en España
En los años 60, la apertura cultural trajo consigo la copia de estereotipos de países donde el bronceado es un color natural. De este modo, en esta década comienza el culto de exponerse al sol para broncear la piel, incluso durante todo el año. Además, con la entrada del Siglo XXI, esto se ha acentuado con la aparición de las cabinas de rayos UVA a precios asequibles.
“El daño de los rayos UVA puede pasar factura hasta 30 años después”
A diferencia de lo que ocurría en los años 60 y 80, cuando no había información sobre los riesgos y peligros que entraña el consumo de tabaco, la sobreexposición a rayos UVA tiene doble delito ya que hoy en día disponemos de continuas e innumerables publicaciones médicas e informaciones acerca de los riesgos y daños que esta costumbre producen. Sin embargo, parece existir un desconocimiento generalizado sobre los riesgos de esta costumbre que deja secuelas de por vida. El daño de los rayos UVA tanto naturales como artificiales es acumulativo. De hecho, puede pasar factura dos o tres décadas más tarde.

Melanoma: un riesgo real
La sobreexposición a rayos UVA puede generar cánceres de piel como los epiteliomas o melanomas. No solo son casos probables, si no que las posibilidades aumentan a medida que se producen exposiciones al sol sin protección. De hecho, sólo en España surgen 4.000 casos nuevos de melanoma al año. Y no es una tendencia que se esté paliando. La Organización Mundial de la Salud estima que para el año 2030 el número de casos se habrá triplicado.
“Es sumamente importante una revisión anual en el dermatólogo”
Pero, ¿qué es un melanoma? Es un lunar malignizado que si no se detecta precozmente puede llegar a ser mortal. Un médico puede sospechar si un lunar o mancha en la piel cumple con los criterios de melanoma. Sin embargo, será el dermatólogo quien deba diagnosticarlo con diferentes técnicas más allá de la observación, como la biopsia. En cualquier caso, es sumamente importante realizarse revisiones como mínimo una vez al año con su médico dermatólogo.
Piel envejecida: el efecto más frecuente
También conocido como fotoenvejecimiento, es la secuela más frecuente de la sobrexposición a rayos UVA. Es decir, el envejecimiento prematuro de la piel. Los síntomas de este envejecimiento son piel atrófica (sin una forma homogénea), con manchas o capilares sanguíneos visibles y sobre todo, arrugas. Una piel maltratada por el sol es evidente. No hay mas que comparar entre la piel de cara, cuello y escote con una zona del cuerpo a la que nunca le ha dado el sol.
El fotoenvejecimiento es mucho más evidente en personas que no se han protegido del sol habitualmente y se han expuesto al mismo directamente. En esta línea, el uso de protección solar y su administración con la frecuencia adecuada, así como evitar la exposición al sol, minimiza este riesgo.

“No todas los cremas solares nos protegen del cáncer de piel”
Los fotoprotectores actuales de última generación son adecuados e imprescindibles para evitar los daños solares. El SPF (factor de protección solar) es un número que nos orienta sobre la proporción temporal en la que estamos protegidos. Evidentemente, el baño y sudor pueden disminuir esta defensa y ante estas situaciones deberíamos reponerlo con mayor frecuencia. En cualquier caso, es importante encontrar el SPF adecuado en función del tipo de piel, para lo que será fundamental la indicación de un especialista.
Por otra parte, la toma de algunas medicaciones son capaces de incrementar el riesgo de que el sol provoque daños. Por ello, es importante revisar el prospecto de estos fármacos de forma previa a exponerse al sol. Algunos de estos fármacos son: antibióticos (tetraciclinas), hipocolesterolemiantes (estatinas), diuréticos o psicofármacos.
Para resolver cualquier duda, llame a la clínica del Doctor Mosquera en La Coruña y pida una cita.