A lo largo de mi trayectoria profesional siempre ha habido un reto; combatir el envejecimiento cutáneo. Con el paso del tiempo la piel va perdiendo sus propiedades, las fibras de colágeno pierden elasticidad y esto genera arrugas y flaccidez. Si además la superficie cutánea ha sufrido exceso de exposición solar se produce fotoenvejecimiento, es decir, léntigos, atrofia y telangiectasias.
Cuando planteamos técnicas para combatir todo este deterioro debemos seleccionar siempre las que consigan una mejoría con un resultado natural. En los últimos años se están sobreutilizando, en mi opinión, el uso de inyecciones de biopolímeros, ácido hialurónico y/o bótox. No voy a negar que en buenas manos son técnicas interesantes pero si queremos hablar de rejuvenecimiento rigurosamente hablando no son las más adecuadas. Una gran mayoría de las pacientes sometidas a estos tratamientos aunque se perciban más atractivas, no es menos cierto que sus expresiones, sus gestos y su aspecto han cambiado y muchas ni se reconocen al mirarse al espejo.
Yo entiendo que rejuvenecer un rostro consiste en recuperar el aspecto del mismo varios años atrás, que el paciente se vea mejor pero que también se reconozca perfectamente ante su reflejo.
Para conseguir este objetivo lo más adecuado es combinar el uso de Radiofrecuencia y Luz Pulsada Intensa (IPL). Con nuestro equipo de Radiofrecuencia Accent podemos regenerar nuevas fibras de colágeno y con ello recuperar firmeza y elasticidad de la piel de la cara y cuello (http://www.flebolaser.com/rejuvenecimiento_facial_radiofrecuencia.html)
Con nuestro IPL Harmony eliminaríamos manchas melánicas (léntigos, melasma,…), telangiectasias y además aportamos luminosidad a la superficie cutánea (http://www.flebolaser.com/rejuvenecimiento_facial_ipl.html)
Estas dos técnicas combinadas consiguen para el paciente el aspecto y la expresión perdidas muchos años atrás. Creo que la consecución de este objetivo colmaría con mayor probabilidad las expectativas creadas por nuestros pacientes.